Por fin llegó el momento. Salimos a las 5 de la mañana del día 21 de julio. Vamos directos a C-2. Esta vez solo tardo unas 4 horas hasta C-1 y unas 4,30 hasta C-2.
Subiendo a C1 (Autores: Nick la superior y Pilar la inferior) |
Subiendo a C2 (Autor: Nick) |
Campo 2 |
Al día siguiente (día 22) subimos hacia C-3, todos menos Pilar que decide quedarse en C-2 y esperar a la expedición catalana para seguir con ellos a C-3. De nuevo una decisión individual que me perjudica porque me toca subir la tienda a C-3, en lugar de compartir el peso que era lo que estaba pensado. Como vamos muy cargados y el camino es largo decidimos montar las tiendas un poco antes de llegar a C-3 (aproximadamente una hora antes).
En la mañana del día 23 me despierta Pilar (que sube junto a la expedición catalana) diciéndome que se lleva para arriba el doble techo para compartir peso y que luego me suba yo el resto y, mientras llego, ella preparará una repisa en la nieve para poner la tienda (lo normal en estos casos vamos). Llegamos todos a C-3. A las 9 de la noche del mismo día comenzamos el ataque a cumbre.
A esa hora varias expediciones se ponen en marcha, también algunos alpinistas que salieron la noche anterior están regresando, unos con la cumbre conseguida y otros no.
Nos esperan muchas horas por delante ya que el camino hasta la cumbre es largo y luego hay que regresar al C-3. En primer lugar sale Pilar (sobre las 9 pm), luego yo (9.30 pm), poco después Lina (un poco pasadas las 10 pm) y más tarde Nick.
El primer objetivo es llegar hasta el collado situado a 7.800 m. aunque llegar hasta allí resulta más duro y largo de lo esperado. Como es de noche todos vamos con los frontales por lo que solo podemos ver lo que alcanza nuestra propia luz y como referencia las luces de los que van por delante pero se aprecia la inclinación de la ruta, sobre todo en la última parte (justo la salida al collado) donde la inclinación aumenta bastante. Por suerte el mal tiempo de los días anteriores no ha cargado la montaña con demasiada nieve, además no esta en muy malas condiciones y la huella abierta facilita el ascenso. Lina me adelanta y sigue hacia arriba, ya que a estas alturas cada uno debe llevar el ritmo que le pida su cuerpo. Durante gran parte del ascenso he llevado por detrás de mí a varios miembros de la expedición catalana y a Nick (que salió más tarde). Luego me enteré de que Nick tuvo problemas con su frontal y subió junto a Oriol cuya frontal iluminaba como el faro de un coche. Antes de llegar al collado me paro para beber y comer algo, Oscar Cadiach y su equipo también se detienen un rato, aunque algunos de ellos (Oriol y algún sherpa junto con Nick) deciden continuar. Unos minutos después seguimos el ascenso y por fin logro llegar al collado por detrás de Oscar y Ana (médico de la expedición catalana).
Mi intención nada más llegar al collado fue la de continuar por la arista camino a la cumbre, pero cuando me puse a caminar noté que mi cuerpo no iba, estaba sin fuerzas, muy cansado, me costaba respirar y sentí pequeños mareos por lo que decidí que lo mejor era sentarme un rato y descansar. Sabía que todo era consecuencia del ejercicio realizado en estas alturas donde el cuerpo demanda oxígeno, elemento vital que a estas altitudes nuestros pulmones no pueden conseguir en el mismo porcentaje que a nivel del mar.
Me senté (en realidad me tumbé sobre mi mochila) e intenté controlar el ritmo respiratorio. Lo que pasó fue que me quedaba dormido durante dos o tres minutos y de repente me despertaba con la respiración super agitada, después, cuando lograba un ritmo adecuado, me volvía a dormir otros dos o tres minutos y vuelta a lo mismo. Así estuve como media hora, hasta que decidí continuar. Por suerte esta vez pude seguir aunque a un ritmo muy lento hasta que el cuerpo se adaptó.
La ruta transcurre por una evidente arista que sube hasta una cumbre secundaria muy empinada pero muy bonita. Antes de llegar a ella es necesario pasar algunos tramos delicados que por suerte estaban equipados con cuerdas fijas, aunque de esas que no dan mucha confianza (7 mm.) y que prefieres no mirar cómo están ancladas para evitar más sufrimiento.
La verdad es que la travesía de la arista es espectacular con pendientes que caen a plomo hacia el lado chino y hacia el lado pakistaní, lo que te motiva para ir con cuidado y no resbalar o tropezar en ninguna zona. En el ascenso me encuentro con Lina y Pilar que han comenzado a descender. Me dicen que no han llegado a la cima principal, se han quedado en otra cima secundaria (Rocky Summit) que esta a 8.035 m.
Poco antes de llegar a la falsa cumbre me encontré con Oscar Cadiach y Ana que volvían. Pensé que habían hecho cumbre y felicité a Oscar por haber terminado los "14 ochomiles", pero me dijo que no habían llegado.
Al llegar a la falsa cumbre pude comprobar que todavía quedaba bastante para llegar a la cima principal (aproximadamente una hora y media), iba solo, hacía mucho viento y yo estaba muy cansado. Es decir, solo en ir y volver tardaría unas tres horas y luego había que sumar todas las horas hasta el C-3. Tras analizar la situación decidí que lo mejor era comenzar el descenso. Contado así parece algo lógico y que no ofrece ninguna duda, pero os puedo asegurar que la decisión no fue nada fácil de tomar. La ilusión por pisar la cumbre principal de otro ochomil, el saber que mucha gente estaba siguiendo mis andanzas a través del blog, la proximidad de la cumbre tras muchas horas de esfuerzo, todo el tiempo y todo el dinero empleado en preparar esta aventura y algo dentro de ti diciendo que sigas hasta el final, son factores que se oponen a lo que el cerebro analiza de forma objetiva en base a la experiencia adquirida a lo largo de muchos años haciendo montaña.
Comienzo a descender muy cansado y un poco triste, aunque por otro lado contento de haber logrado llegar hasta donde llegué (8.025 m.), me auto-convenzo de que en realidad he subido la montaña, la diferencia van a ser unos pocos metros de desnivel que impedirán que mi nombre figure en las listas oficiales de ascenso al Broad Peak. Pero yo no subo montañas para salir en las listas oficiales, aunque en el fondo a todos nos gusta. Lo importante es la aventura, es estar ahí, es el camino recorrido desde la preparación de la expedición hasta el regreso a casa y sobre todo, esto último regresar a casa y poder contarlo.
Llego al collado y me toca esperar para rapelar ya que otros alpinistas están esperando lo mismo. Cuando me toca a mí, llega Little Hussein con su cliente (un alpinista de Taiwan que ha hecho cumbre con oxígeno). Me dice que su cliente se encuentra muy mal (posible edema cerebral) y es necesario bajar lo más rápido posible, así que le cedo mi puesto y comienza a bajar el taiwanés. Cuando no llevaba ni diez metros se para y dice que no puede seguir, le insistimos para que siga, lo intenta, se cae, se enreda con la cuerda..., al final el porteador tiene que descender hasta él para ayudarle, el rapel es muy largo y tardan en dejar la cuerda libre. Baja otro porteador que también va con ellos. Por fin puedo bajar. Cuando llego al siguiente rapel el taiwanés esta bajando y le vuelve a pasar lo mismo que en el rapel anterior. Hay que volver a ayudarle. Los porteadores están muy cansados, hace muchísimo calor y no tenemos agua. Intento echarles una mano durante un tiempo, pero en el siguiente rapel los adelanto y continuo hacia C-3.
Completamente agotado y deshidratado llego a C-3 cuando empieza a anochecer. Han sido unas 20 horas de actividad, muchas de ellas por encima de los 7500 m. que delimitan la famosa "zona de la muerte". Mientras caliento algo de nieve para poder beber llega Nick también muy cansado, pero feliz, él ha pisado la cumbre principal. Lina y Pilar hace tiempo que llegaron y están durmiendo.
Por la mañana temprano me despierta Pilar (que se ha levantado hace tiempo) para decirme que comienza a bajar, que recoja y baje yo el C-3 y ella se encarga de hacer lo mismo con el C-2 y nos repartimos el C-1. Le digo que de acuerdo y sigo durmiendo un ratito más. Después de un "copioso" desayuno (dos barritas de chocolate y unos tragos de agua) me pongo a recoger todo. Con la mochila bien llena y todo bien colocado comienzo el descenso. Lina salió antes y Nick saldrá un poco después que yo.
Llego a C-2 y me encuentro una desagradable sorpresa, el material está recogido, empaquetado, pero sigue allí, Pilar no ha bajado nada. Después de maldecir varias veces me pongo a intentar colocar todo el material en mi ya cargada mochila. Coloco lo que puedo dentro pero la gran parte del material lo tengo que atar con cordinos a la parte externa de la mochila intentando que quede lo más equilibrada posible y de forma segura para que no se caiga nada durante el descenso. Esta operación tan sencilla aparentemente me supone casi una hora de trabajo "extra". Mientras Nick, que recogió la parte que le correspondía, sigue su descenso.
Con la carga preparada me pongo la mochila y... ¡jooooder, como pesa!, pero hay que bajar...
El descenso a C-1 lo realizo con mucho cuidado porque las cuerdas fijas están bastante mal después de un mes pasando gente por ellas, algunos de los anclajes no dan mucha seguridad, algunos tramos de cuerda son demasiado finos y yo llevo mucho peso encima. En algunos tramos de travesía resbalo, la mochila se mueve y me hace caer quedando colgado de la cuerda fija. Esto pasó dos o tres veces con el consiguiente susto. Después de un agotador y tenso descenso, anocheciendo, llego a C-1 donde veo una tienda de otra expedición que no se encuentra ocupada, voy hacia ella y tropiezo cayendo desde lo alto de una piedra, por suerte el peso de la mochila me hace girar y caigo sobre un costado (unos pocos arañazos más...).
Poco antes de llegar a C-1 ya lo había pensado: "si llego a C-1 y hay alguna tienda me quedo a dormir". Y así lo hice. Me metí en ella, sin saco de dormir ni aislante y sin comer nada porque estaba todo atado en la mochila y hubiera sido un follón desatarlo. Pasé una fresquita noche acordándome mucho de Pilar...
Al día siguiente, al poco de amanecer, me coloco la mochila de nuevo y sigo el descenso camino del CB. Poco antes de llegar a la zona del depósito (5.000 m.), en uno de los últimos rápeles, se me rompe uno de los tirantes de la mochila y se queda colgando solo de un hombro, lo que hace que me gire por completo y me quede mirando hacia el vacío y sujetándome a la cuerda con todas mis fuerzas. Con la mochila así llego al depósito y me paro para descansar y reparar el tirante roto.
Descanso poco porque tengo ganas de llegar cuanto antes. Durante el descenso hacia el glaciar me encuentro con algunos porter de otras expediciones que me dicen que llevo demasiado peso (como si no me hubiera dado cuenta...). He intentado comunicar a CB donde estoy para que salgan a mi encuentro pero la batería del walky se ha terminado. Espero que me vean y vengan en mi ayuda.... Por fin algo sale bien, el pinche de cocina (Akbar) me ha visto y ha venido a mi encuentro, me quita la mochila y me da de beber. El tramo que falta hasta el CB lleva él mi mochila lo que agradezco enormemente. Todavía nos queda cruzar algunos ríos que a estas horas ya bajan con bastante agua. Dos de ellos tienen escaleras puestas horizontalmente a modo de puente.El último hay que saltar desde unas piedras y aunque no las tengo todas conmigo salto sin más problemas.
Llego al CB donde me esperan Manzoor e Ibrahim de la empresa KTP a los que me abrazo nada más verlos. Estoy agotado, destrozado, con unos 15 kilos menos, me duelen hasta las pestañas... . Al poco salen mis compañeros de expedición a recibirme. Por fin estamos todos en el base, es motivo de celebración, algo de lo que ya se encargaría el personal de KTP con una cena "especial".
¿Os preguntareis por qué Pilar no bajó el material de C-2? Yo también se lo pregunté,. Su explicación: "cuando me puse la mochila vi que no podía andar con tanto peso y decidí dejar el material allí y que otro día subiera un porter a por todo. Te dejé una nota donde ponía Para el Porter". La nota se la debió llevar el viento porque yo no vi nada y por eso me lo bajé todo.
Por cierto, al llegar al CB pesaron mi mochila: 30 Kg. Sin palabras...
Pese a todo, con sus buenos y malos momentos, mi valoración final es que ha sido una gran expedición, superada la inicial frustración por no haber llegado a la cumbre principal, me siento muy satisfecho con lo conseguido.
Espero que hayáis disfrutado siguiendo mis "aventuras" y con la lectura de este resumen.
Gracias por vuestro inestimable apoyo con el que desearía seguir contando en próximos proyectos, que no creo que tarden mucho en llegar...
Campo 3 |
Nos esperan muchas horas por delante ya que el camino hasta la cumbre es largo y luego hay que regresar al C-3. En primer lugar sale Pilar (sobre las 9 pm), luego yo (9.30 pm), poco después Lina (un poco pasadas las 10 pm) y más tarde Nick.
El primer objetivo es llegar hasta el collado situado a 7.800 m. aunque llegar hasta allí resulta más duro y largo de lo esperado. Como es de noche todos vamos con los frontales por lo que solo podemos ver lo que alcanza nuestra propia luz y como referencia las luces de los que van por delante pero se aprecia la inclinación de la ruta, sobre todo en la última parte (justo la salida al collado) donde la inclinación aumenta bastante. Por suerte el mal tiempo de los días anteriores no ha cargado la montaña con demasiada nieve, además no esta en muy malas condiciones y la huella abierta facilita el ascenso. Lina me adelanta y sigue hacia arriba, ya que a estas alturas cada uno debe llevar el ritmo que le pida su cuerpo. Durante gran parte del ascenso he llevado por detrás de mí a varios miembros de la expedición catalana y a Nick (que salió más tarde). Luego me enteré de que Nick tuvo problemas con su frontal y subió junto a Oriol cuya frontal iluminaba como el faro de un coche. Antes de llegar al collado me paro para beber y comer algo, Oscar Cadiach y su equipo también se detienen un rato, aunque algunos de ellos (Oriol y algún sherpa junto con Nick) deciden continuar. Unos minutos después seguimos el ascenso y por fin logro llegar al collado por detrás de Oscar y Ana (médico de la expedición catalana).
Desde el collado con la sombra del Broad Peak en las montañas de enfrente (Autor: Nick) |
Una de las zonas "delicadas" |
Arista final un poco más arriba del collado y Rocky Summit (Autor: Nick) |
Al llegar a la falsa cumbre pude comprobar que todavía quedaba bastante para llegar a la cima principal (aproximadamente una hora y media), iba solo, hacía mucho viento y yo estaba muy cansado. Es decir, solo en ir y volver tardaría unas tres horas y luego había que sumar todas las horas hasta el C-3. Tras analizar la situación decidí que lo mejor era comenzar el descenso. Contado así parece algo lógico y que no ofrece ninguna duda, pero os puedo asegurar que la decisión no fue nada fácil de tomar. La ilusión por pisar la cumbre principal de otro ochomil, el saber que mucha gente estaba siguiendo mis andanzas a través del blog, la proximidad de la cumbre tras muchas horas de esfuerzo, todo el tiempo y todo el dinero empleado en preparar esta aventura y algo dentro de ti diciendo que sigas hasta el final, son factores que se oponen a lo que el cerebro analiza de forma objetiva en base a la experiencia adquirida a lo largo de muchos años haciendo montaña.
La arista final, cima principal y los impresionantes precipicios del lado chino (Autor: Nick) |
Llego al collado y me toca esperar para rapelar ya que otros alpinistas están esperando lo mismo. Cuando me toca a mí, llega Little Hussein con su cliente (un alpinista de Taiwan que ha hecho cumbre con oxígeno). Me dice que su cliente se encuentra muy mal (posible edema cerebral) y es necesario bajar lo más rápido posible, así que le cedo mi puesto y comienza a bajar el taiwanés. Cuando no llevaba ni diez metros se para y dice que no puede seguir, le insistimos para que siga, lo intenta, se cae, se enreda con la cuerda..., al final el porteador tiene que descender hasta él para ayudarle, el rapel es muy largo y tardan en dejar la cuerda libre. Baja otro porteador que también va con ellos. Por fin puedo bajar. Cuando llego al siguiente rapel el taiwanés esta bajando y le vuelve a pasar lo mismo que en el rapel anterior. Hay que volver a ayudarle. Los porteadores están muy cansados, hace muchísimo calor y no tenemos agua. Intento echarles una mano durante un tiempo, pero en el siguiente rapel los adelanto y continuo hacia C-3.
Completamente agotado y deshidratado llego a C-3 cuando empieza a anochecer. Han sido unas 20 horas de actividad, muchas de ellas por encima de los 7500 m. que delimitan la famosa "zona de la muerte". Mientras caliento algo de nieve para poder beber llega Nick también muy cansado, pero feliz, él ha pisado la cumbre principal. Lina y Pilar hace tiempo que llegaron y están durmiendo.
Autor: Nick |
Bajando del C3 al C2. Después cargaría aún más peso (Autor: Nick) |
Con la carga preparada me pongo la mochila y... ¡jooooder, como pesa!, pero hay que bajar...
El descenso a C-1 lo realizo con mucho cuidado porque las cuerdas fijas están bastante mal después de un mes pasando gente por ellas, algunos de los anclajes no dan mucha seguridad, algunos tramos de cuerda son demasiado finos y yo llevo mucho peso encima. En algunos tramos de travesía resbalo, la mochila se mueve y me hace caer quedando colgado de la cuerda fija. Esto pasó dos o tres veces con el consiguiente susto. Después de un agotador y tenso descenso, anocheciendo, llego a C-1 donde veo una tienda de otra expedición que no se encuentra ocupada, voy hacia ella y tropiezo cayendo desde lo alto de una piedra, por suerte el peso de la mochila me hace girar y caigo sobre un costado (unos pocos arañazos más...).
Poco antes de llegar a C-1 ya lo había pensado: "si llego a C-1 y hay alguna tienda me quedo a dormir". Y así lo hice. Me metí en ella, sin saco de dormir ni aislante y sin comer nada porque estaba todo atado en la mochila y hubiera sido un follón desatarlo. Pasé una fresquita noche acordándome mucho de Pilar...
Al día siguiente, al poco de amanecer, me coloco la mochila de nuevo y sigo el descenso camino del CB. Poco antes de llegar a la zona del depósito (5.000 m.), en uno de los últimos rápeles, se me rompe uno de los tirantes de la mochila y se queda colgando solo de un hombro, lo que hace que me gire por completo y me quede mirando hacia el vacío y sujetándome a la cuerda con todas mis fuerzas. Con la mochila así llego al depósito y me paro para descansar y reparar el tirante roto.
Descanso poco porque tengo ganas de llegar cuanto antes. Durante el descenso hacia el glaciar me encuentro con algunos porter de otras expediciones que me dicen que llevo demasiado peso (como si no me hubiera dado cuenta...). He intentado comunicar a CB donde estoy para que salgan a mi encuentro pero la batería del walky se ha terminado. Espero que me vean y vengan en mi ayuda.... Por fin algo sale bien, el pinche de cocina (Akbar) me ha visto y ha venido a mi encuentro, me quita la mochila y me da de beber. El tramo que falta hasta el CB lleva él mi mochila lo que agradezco enormemente. Todavía nos queda cruzar algunos ríos que a estas horas ya bajan con bastante agua. Dos de ellos tienen escaleras puestas horizontalmente a modo de puente.El último hay que saltar desde unas piedras y aunque no las tengo todas conmigo salto sin más problemas.
Llego al CB donde me esperan Manzoor e Ibrahim de la empresa KTP a los que me abrazo nada más verlos. Estoy agotado, destrozado, con unos 15 kilos menos, me duelen hasta las pestañas... . Al poco salen mis compañeros de expedición a recibirme. Por fin estamos todos en el base, es motivo de celebración, algo de lo que ya se encargaría el personal de KTP con una cena "especial".
¿Os preguntareis por qué Pilar no bajó el material de C-2? Yo también se lo pregunté,. Su explicación: "cuando me puse la mochila vi que no podía andar con tanto peso y decidí dejar el material allí y que otro día subiera un porter a por todo. Te dejé una nota donde ponía Para el Porter". La nota se la debió llevar el viento porque yo no vi nada y por eso me lo bajé todo.
Por cierto, al llegar al CB pesaron mi mochila: 30 Kg. Sin palabras...
Espero que hayáis disfrutado siguiendo mis "aventuras" y con la lectura de este resumen.
Gracias por vuestro inestimable apoyo con el que desearía seguir contando en próximos proyectos, que no creo que tarden mucho en llegar...
CARLOS GARRANZO
Impresionante relato e impresionantes fotografías. Estás fuerte cab...!!!!
ResponderEliminarJL Romero
Wowwwwww, Carlos, impresionante!!! Enhorabuena por lo conseguido!!! y muchas gracias por toda esta aventura. No hay que olvidar a Mª Victoria por todo su trabajo y dedicación. Enhorabuena a los dos!!!, sois fantásticos!!!!
ResponderEliminarDesde luego es de admirar tu buena cabeza y ese espiritu de alpinista clasico que solo busca en la montaña disfrutar de la experiencia. Preciosas fotografias.
ResponderEliminarToño
Unas fotos impresionantes! Enhorabuena!
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