Inicié el trekking desde Askoli al Campo Base del Broad Peak sin muchas ganas porque ya sabía lo que me esperaba y no me encontraba físicamente muy bien. Pequeños problemas digestivos que arrastraba un par de días me habían debilitado, afortunadamente se solucionaron en breve.
Al ser esta la tercera vez que pasaba por allí en poco tiempo, conocía de sobra la dureza de las jornadas que me esperaban y además esta vez teníamos la intención de hacerlo rápido para recuperar algo el tiempo que habíamos perdido en Islamabad por las cancelaciones de los vuelos. De hecho, no hicimos el día de descanso en Payu que normalmente se suele realizar para aclimatar mejor.
Mi temor, además, era el enorme calor que suele hacer durante todo el recorrido pero esta vez hubo suerte y en general pillamos días medio nublados, lo que hizo mucho más llevadera la marcha.
Otro de mis temores era que llevaba botas nuevas que Bestard me había proporcionado pocos días antes de la partida por lo que el riesgo de tener rozaduras/ampollas, que me habrían hecho la marcha muy incómoda, era muy alto. Afortunadamente esto no ocurrió, es más, las botas resultaron de lo más cómodo y debido a la suela especial para suelo mojado funcionaron perfectamente en la zona del glaciar.
(La autora de las fotos que se incluyen en esta entrada es Lina Quesada)
En Jula la empresa monta según van llegando todas las tiendas y nos recibe con un vaso de Coca-Cola (todo un lujo por estos lares) para saciar nuestra sed que nos sentó francamente bien. Comida, un poco de descanso, cena y a dormir.
La segunda jornada, como todos los días nos levantamos muy temprano y rápidamente nos ponemos en marcha con destino a Payu. A nuestra llegada me encontré con Juan Vallejo (Basque Team) que estaba intentando terminar la nueva vía que empezaron el año pasado en el Paiju Peak.
El tercer día, quizás el más duro, nuestro destino era Urdukas, unas 9 horas de marcha. Me estaban pasando factura los problemas digestivos que arrastraba y el cansancio acumulado de las jornadas anteriores. Además, la formación de un enorme lago en el glaciar, había cambiado el trazado de la ruta aumentando en una hora el tiempo que se tardaba en llegar a nuestro destino. Llegamos antes que algunos porteadores por lo que tuvimos que esperar a que montaran las tiendas, lo que aprovechamos para hacer las fotos de rigor, cenamos y rápidamente a dormir.
El trayecto hasta Goro II y posteriormente al CB BP, transcurrió sin incidencias. El ambiente tanto entre los alpinistas como con el personal de soporte que nos acompañaba, era muy bueno, lo que contribuyó a hacer más amena las esperas en los distintos campamentos. Lina, Nick y yo, ya conocíamos la zona por lo que íbamos más pendientes de la marcha que del impresionante paisaje. Pilar era la primera vez que pasaba por el Glaciar del Baltoro y continuamente se quedaba admirada de las enormes montañas que nos rodeaban y de la belleza de los paisajes que nos ofrecía el tránsito por el glaciar.
El último día Lina salió unas horas antes que el resto del grupo para encontrar sitio para colocar las tiendas en el CB BP. Esta jornada, desde Goro II al CB sí tuvo una parte nueva para mi desde Concordia. Nunca me había adentrado en el Glaciar Godwin-Austen, y aunque había visto muy bien el K2 desde Concordia en las ocasiones en que había pasado por allí con anterioridad, conforme me aproximaba a la montaña, y pese a que ese día estaba parcialmente envuelto en nubes, me parecía más y más grande, es realmente impresionante.
Cuando llegamos al CB mi tienda ya estaba montada por lo que me refugié en ella inicialmente. Como la tienda comedor y la cocina se retrasaron y el tiempo estaba empeorando, Badia y Maurcio de la expedición mejicana nos ofrecieron refugio y su hospitalidad por lo que comimos con ellos mientras terminaban de montar nuestro campamento.
Una vez instalado el CB y tras un día preparando el material, comenzamos el consabido Sube-Baja para montar los campos de altura y aclimatar, que Victoria ha ido relatando muy bien en el blog por lo que, en mi próxima y última entrada, os contaré con detalle como fue mi ataque a cumbre y el descenso a CB. Fueron jornadas en las que se alternaron incursiones a la montaña con periodos en el CB en función de la climatología, en las que leíamos, escuchábamos música, confraternizábamos con otras expediciones, fuimos al CB y al Memorial del K2, nos reímos mucho y contamos muchas batallitas en los espacios comunes (tienda comedor).
CARLOS GARRANZO
Carlos muy ameno el resumen y preciosas fotografías. CAMPEÓN
ResponderEliminarEnhorabuena con retraso y publica ya la parte 3 que nos tienes en ascuas!
ResponderEliminarRocío M.